viernes, 27 de noviembre de 2009

La Mirada Salvaje

Ayer tuvo lugar la presentación del libro de fotografías de Andoni Canela titulado La Mirada Salvaje, publicado por la editorial Blume. He tenido el placer de hacer varios de los textos que en él aparecen, así como los pies de foto y las fichas de las especies. Como dije ayer en el Museu de Ciències Naturals de Barcelona, colaborar en este proyecto ha sido muy gratificante. En primer lugar, hemos creado un libro que pone en valor la gran biodiversidad que alberga la península Ibérica, considerada por la IUCN el área geográfica más rica en especies de toda Europa y hogar del 50% de los animales y plantas contabilizados en el continente. En segundo, porque las fotos de Andoni son maravillosas, y ha sido un gusto volver a mirarlas detenidamente mientras hacía los pies. En tercero, porque muchas de las especies las he visto in situ junto a él, y he recordado lo bien que nos lo pasamos viajando juntos. En cuarto lugar, alrededor de La Mirada Salvaje nos hemos reunido de forma natural un grupo de personas con dos fuertes vínculos en común: pasión por los bichos que Andoni fotografía y realizar un trabajo que nos gusta. Hemos contado con las meticulosas revisiones del biólogo Albert Masó, al que no se le escapa ni una, y el prólogo ha corrido a cargo de Jordi Sargatal, al que fue muy fácil de convencer tras compartir una experiencia estupenda: ver a una osa con sus cachorros en Villablino, León (un lance de seducción ambiental donde los haya). Por último, ha sido muy satisfactorio comprobar que todavía existen editoriales que arriesgan y hacen excelentes trabajos. Leopold Blume ha sido muy valiente al tirar adelante un libro como este en los tiempos que corren. Y lo ha hecho pero que muy bien. Como yo sólo he hecho una pequeña parte, puedo permitirme pasar de ser modesta, así que concluyo diciendo que La Mirada Salvaje es un libro fantástico que, sugiero, será un excelente regalo para estas Navidades.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Imitando la vida

"Imitando la vida" es el título del Gran Angular que aparece publicado en la revista de National Geographic de diciembre. Trata de la historia de unos cristales denominados biomorfos que, en lugar de formarse generando líneas rectas como todos los cristales normales y corrientes, optan por recrear formas curvas que en ocasiones se asemejan a las generadas por seres vivos. Las imágenes son espectaculares, tomadas por el cristalógrafo JuanMa García Ruiz, quien descubrió a estos biomorfos por accidente, durante un experimento realizado en el curso de su tesis hace ya unos añitos. Desde entonces no ha dejado de investigarlos.
JuanMa García Ruiz, muy pacientemente, logró hacerme entender el tema, para que yo pudiera explicárselo a los lectores. No fue fácil, pero sí muy interesante. Más en la web de la edición española de National Geographic, acabadita de estrenar y muy resultona.


lunes, 23 de noviembre de 2009

Otros australianos

En el
estado de Queensland, situado
en el
noroeste de Australia, existe una pequeña localidad llamada Thargomindah, donde habitan 203 habitantes en medio del outback, la zona remota, interior y semiárida de Australia, cuyas partes más lejanas, por si os resulta inspirador, son denominadas por los aborígenes como “Nunca-nunca”. Aunque la mayoría de aborígenes australianos habitan en este paraje, aloja a menos del 10% de la población blanca, entre ellos a los aussies de Thargomindah, muchos de los cuales se dedican a la agricultura y a la ganadería.
Si he llegado a reparar en la existencia de este pequeño pueblo del que nunca antes había oído hablar es porque sobre las tierras de Queensland se abate desde hace meses la peor sequía registrada en 50 años. Resulta que las extensas praderas del outback yacen yermas bajo un sol abrasador y, en consecuencia, muchos animales se han quedado sin comida ni bebida, lo que ha les ha obligado a desplazarse por el territorio buscando oportunidades para sobrevivir. Eso es lo que les ha sucedido a los canguros y emús de estas tierras que, desesperados, se han visto obligados a invadir Thargomindah, arrasando con los campos que han encontrado a su paso y rastreando la presencia de agua. Centenares de canguros y otros tantos emús han optado por jugarse el tipo acercándose a una zona poblada por el hombre . Los habitantes de este lugar, sobra decirlo, están bastante mosqueados (viendo el vídeo se entiende) y se organizan para defenderse. Pero estos animales tienen poco que perder. La muerte en el outback es segura. En Thargomindah, a la larga también, aunque ellos todavía no lo saben.

Piratas y piratas














A raíz del incidente del Alakrana, un amigo fotógrafo que ha viajado a la isla yemení de Socotra, en el Índico, me ha enviado este enlace a un video de YouTube que muestra la otra cara de la moneda. A mi amigo, en Socotra le comentaron que qué bien que los piratas mantuvieran alejados a los pesqueros internacionales, pues desde que lo hacían, las especies se estaban recuperando y ellos podían volver a pescar sin problemas. Es la otra cara de un problema que desde luego ya conocemos desde hace muchos años pero que pocas veces aparece de forma equiparada en las noticias. Sin querer ni por asomo justificar el secuestro de un barco por parte de los denominadas piratas, en esta ocasión somalíes, (que además parecen estar vinculados a una trama mafiosa de altos vuelos) vale la pena recordar que también nosotros, los habitantes de los países ricos, pirateamos en mares ajenos desde hace siglos, contribuyendo a una sobrepesca que está diezmando todos los caladeros del mundo. Somos corsarios elegantes que nos creemos con derecho de expoliar reiteradamente territorios ajenos, a cambio de casi nada.

NOTA: Hoy 26/12/09 veo que mi amigo fotógrafo, Oriol Alamany, ha colgado la información relativa a los piratas en su blog, así que por eso revelo su nombre. Aquí os dejo su dirección. No dejéis de ver sus fotos.

viernes, 6 de noviembre de 2009

¡Estoy de suerte!


¿De mal humor? ¡Enhorabuena!

¿Está de mal humor? No se preocupe, porque -según un nuevo estudio- es un buen síntoma.

Así es, amigos y amigas, estar de mal humor y ser gruñón parece que es, en cierto sentido, positivo: ayuda a pensar con mayor claridad y a tomar mejores decisiones, según el trabajo que el psicólogo Joe Forgas ha publicado en Science. «Mientras que el humor positivo parece promover la creatividad, la flexibilidad y la cooperación, el malhumor activa una forma de pensar más atenta y cuidadosa, haciendo que la persona preste más atención al mundo externo», dice. Ya, pues que estupendo que tengamos días de todo, ¿no?. Ya lo dicen: el que no se consuela, es porque no quiere...