lunes, 25 de enero de 2010

Cataclismo anunciado


En marzo de 2008 tuvo lugar en la República Dominicana la 18ª Conferencia Geológica del Caribe, una cita anual que reúne a geólogos de todo el mundo para debatir temas vinculados a las entrañas de la Tierra, como por ejemplo la extracción de hidrocarburos o los movimientos sísmicos. Exactamente el jueves 27 de marzo, a las 16h, dentro de una sesión de conferencias titulada “Tectónica activa y riesgos sísmicos” organizada por el geofísico Eric Calais (Purdue University) y Carol Prentice (U.S. Geological Survey), tuvo lugar la ponencia de Paul Mann, geofísico de la universidad de Texas. Su charla se tituló “Enriquillo-Plantain Garden strike-slip fault zone: A major sismic hazard affecting Dominican republic, Haiti and Jamaica» y advertía del peligro inminente de un terremoto causado por el movimiento de esta falla horizontal que se origina en el lago Enriquillo, en República Dominicana, y que acaba en el río jamaicano de Plantain Garden. Mann y también Calais hicieron hincapié en la enorme peligrosidad de este terremoto e incluso se acercaron bastante al pronosticar su magnitud, de 7,3º en la escala de Richter.
Dos meses después, los científicos se reunieron con representantes del gobierno haitiano y según cuentan, les escucharon con sumo interés. Una vez comprendido lo que se les avecinaba, replicaron que no tenían capacidad de maniobra para plantear un plan para minimizar los impactos. ¿Prepararse para desplazar a la población? ¿A dónde?
Todavía se estaban haciendo esta pregunta cuando ese mismo verano de 2008 cuatro huracanes devastaron parte de la isla, causando 800 muertos y la destrucción de 60% de las cosechas.
Tras el terrible terremoto del pasado día 12, que contabiliza ya más de 150.00 muertos, la ayuda internacional se despliega con dificultad pero generosamente. Miles de millones de euros se están destinando a ayudar a los damnificados. Me pregunto si no hubiera sido posible invertir parte de esa partida que se guarda en la categoría de “ayuda internacional para desastres naturales” en la de “es mejor prevenir (y más barato) que curar”.
La fisura en la falla causante de esta hecatombe mide sólo 80 kilómetros. Pero la longitud total es de centenares de kilómetros. Mann ya ha advertido de que, más pronto que tarde, la enorme presión subterránea encontrará la vía de escape en esa grieta y provocará un nuevo terremoto que, según sus estimaciones, será de magnitud superior y que posiblemente afectará Jamaica. Se cierne un nuevo y escalofriante reality show.

lunes, 18 de enero de 2010

Pero los haitianos, sí


Aunque el primer balance oficial de las víctimas ocasionadas por el terremoto que asoló Haití el pasado día 12 cuenta ya 70.000 muertos, se estima que llegarán a ser 200.000. Todo se ha venido abajo, incluidos los hospitales, por lo que podemos imaginar el panorama desolador que se ha instaurado en uno de los países más miserables de la Tierra. Las imágenes nos bombardean y los artículos relatan historias tan desgarradoras que sólo puedo leerlas en diagonal: la magnitud del desastre me supera de tal manera que apenas soy capaz de pronunciar palabra. ¿Qué decir, frente a esta hecatombe? En el artículo que Pablo Ordaz ha escrito para “El País”, comenta que un funcionario aseveró: “Haití ya no existe”, refiriéndose a lo que quedó de él tras la fractura de una pequeña parte de la falla de Enriquillo, una ramificación de la placa tectónica del Caribe que atraviesa República Dominicana, Haití y Jamaica. Las instituciones del país yacen bajo los escombros y es posible que, efectivamente, Haití haya dejado de existir. Pero no los haitianos. Toda ayuda que puedan recibir será útil y muchas organizaciones no gubernamentales están desde el primer día en ello. Sea lo que sea en lo que podamos colaborar, será de agradecer. Adjunto algunas webs con información relativa a las ayudas:
http://www.gencat.cat/especial/haiti/cat/index.htm
http://www.pangea.org/fcongd/DOCUMENTOS/Llista%20federades%20emerg%C3%A8ncia%20Hait%C3%AD.pdf
http://www.unicef.es/contenidos/1055/index.htm?idtemplate=1

domingo, 17 de enero de 2010

2010


Desconexión larga la que he hecho últimamente en el blog. Diciembre fue un mes intenso. Estuve en Mali dos semanas, a la vuelta me zambullí en la Navidad y, de repente, ya había empezado un nuevo año. Como dicen, nunca es tarde si la dicha es buena. Tengo ganas de desearos lo mejor para el recién estrenado 2010. Salud y esperanza, y mucho savoir faire para sacar, de cualquier circunstancia, lo mejor. ¡Suerte!
Carguemos las pilas y... endavant.