jueves, 25 de febrero de 2010

Todo lo que sube, baja


Hace 250 millones de años atrás, en Siberia tuvo lugar una gran erupción volcánica. Numerosos volcanes erupcionaron simultáneamente y durante cinco millones de años (¡jope!) lanzaron entre otras cosas gases cargados de azufre a la atmósfera, provocando una gran cantidad de lluvias ácidas. Esa lluvia tan dañina se debió cargar a todo bicho viviente en toda el área circundante y además, erosionó las rocas expuestas, liberando el silicio que contenían, que fue arrastrado por la escorrentía, primero hacia las cuencas más próximas y después hacia otras más lejanas. En algunas de esas cuencas se acumuló gran cantidad de vegetación descompuesta, convirtiéndose primero en turba y luego, con el transcurso de millones de años, en yacimientos de carbón, como el que hay en el condado chino de Xuan Wei, en el sudeste del país. Allí, un equipo de investigadores de la Universidad de Texas, en Dallas, ha estudiado desde 1980 la alta incidencia de cáncer de pulmón registrado entre las mujeres no fumadoras del condado. Una incidencia que ha provocado una tasa de mortalidad 20 veces mayor que en el resto de China. Los científicos han llegado a la conclusión de que el motivo reside en el carbón que las mujeres queman para cocinar. Resulta que contiene grandes cantidades de dióxido de silicio, un compuesto altamente cancerígeno. Un carbón que se contaminó a consecuencia de las lluvias ácidas acaecidas hace 250 millones de años. (¿Por dónde andará ahora la “nube” de Chernobil?)

lunes, 15 de febrero de 2010

Concurso de casas solares

El próximo mes de junio Madrid acogerá la competición de casas solares conocida como Solar Decathlon, que por primera vez se celebrará fuera de los Estados Unidos. En un solar de 30.000 metros cuadrados situado junto al Manzanares, 19 equipos de universidades de todo el mundo (entre ellas, seis españolas) presentarán y construirán a escala real viviendas alimentadas exclusivamente con energía solar. Cada una de ellas pasará 10 pruebas distintas, en las que se puntuarán distintos aspectos ligados a la arquitectura, la eficiencia energética, la innovación y la capacidad de mercado. Esta interesante iniciativa, auspiciada por el departamento de Energía de Estados Unidos, ha sido organizada en nuestro país por el Ministerio de Vivienda en colaboración con la Universidad Politécnica de Madrid .En la ilustración, las 19 maquetas que pronto se harán realidad. Son proyectos estupendos que podéis ver a fondo en la web de Solar Decathlon.

viernes, 12 de febrero de 2010

You are my hero

Hace unos días estaba yo al borde del ataque de nervios. Me sentía agobiada, prisionera de una situación de la que no podía salir, sintiéndome desagradable hasta conmigo misma. El mal humor me invadía por momentos cuando de pronto apareciste tú, mi súper héroe, a tope en tu papel de salvador del mundo, trepando con tu imaginación (y, por supuesto, gracias a tus dotes de arácnido) por las paredes de toda la casa, saltando de la mesa al sofá, de la cama al suelo, para luego volverte a encaramar. Tío, no sé que despliegue de súper poderes hiciste, el caso es que de un plumazo me desapareció la mala leche y la ofuscación mental que me embargaba. Te miré y te sonreí desde lo más profundo del alma. Que estúpida, me dije, que tonta del bote. Tan estúpida que durante un rato incluso olvidé que, mientras haya súper héroes como tu en este mundo, no tenemos que preocuparnos por (casi) nada... You are my hero, baby.

viernes, 5 de febrero de 2010

La culpa fue del cha-cha-chá


Los hombres tienen menos sentimiento de culpa. Esta es la conclusión a la que ha llegado un equipo de científicos de la Universidad del País Vasco liderado por Itziar Etxebarria. Las mujeres, en cambio, tenemos más sensibilidad interpersonal, o lo que es lo mismo, empatía, esa capacidad de percibir lo que otro individuo puede sentir.
Es decir que, que además de sentirnos culpables más a menudo y de forma más intensa, nosotras también sufrimos por el dolor ajeno más que ellos, en especial cuando tenemos entre 40 y 50 años de edad. «Es necesario que las prácticas educativas y los diversos agentes socializadores debiliten la tendencia a la culpa de carácter ansioso-agresivo en las mujeres, y fortalezcan la sensibilidad interpersonal en los varones», dice la investigadora. Desde luego, Itziar. Pero chicas, escuchadme: lo de sufrir por los demás me parece comprensible y positivo y estoy convencida de que si los hombres lograran aumentar su capacidad empática la violencia en el mundo disminuiría de forma radical. Pero lo del sentimiento de culpa es sufrir al pedo. No sirve para nada. Mirad si no en el recuadro la de emociones negativas que tiene asociadas, según otro estudio científico de la Universidad de Valencia.

Tengamos criterio al decidir y luego, tiremos millas. Si la decisión estuvo bien pensada en su momento, no hay recriminación que valga. Y si lo que sucedió es que no dilucidamos con claridad... entrenémonos a pensar con tino, que es quizá lo más interesante de ser persona y no, por ejemplo, un macaco colorado.

jueves, 4 de febrero de 2010

T' enrecordes, Pau?


En la nueva y súper mejorada web de la edición española de National Geographic, aparece en la sección Puzzles la foto de una orangutana y su cría, una imagen que hizo mi amigo Pau Fabregat para un artículo que publicamos en agosto de 1998. (T’enrecordes, Pau?) Fuimos juntos a entrevistar a Teresa Abelló, la cuidadora de los primates del zoo de Barcelona, y allí realizaste el reportaje sobre la orangutana Locki y su hija recién nacida, Jawi. Mientras tu disparabas a diestro y siniestro, yo hacía de assistant y guardaba los carretes (todavía no había llegado la era digital) y las cámaras. En un momento dado, dejé todo aquello en el suelo, cerca de la instalación de los orangutanes, y me fui a dar un corto paseo para ver a los demás primates. Quizá pasaron 4 o 5 minutos, no más. Al volver, vi a Locki, que, con un palo, se había acercado uno de los carretes a la jaula. Sin que yo pudiera evitarlo, lo desmontó y empezó a metérselo en la boca. Te llamé alarmada y te quedaste boquiabierto. Fuimos a avisar a Teresa y por suerte, para cuando vino, Locki ya había decidido que el sabor de la emulsión fotográfica no molaba demasiado. Yo estuve asustada un buen rato. Por Locki, desde luego sí. Pero por mí también. Ya veía el titular: “Una orangutana del zoo muere envenenada por la negligencia de la redactora de National Geographic”. Qué mal rollo.
En fin, es sólo una de las muchas anécdotas que he vivido con Pau, un fotógrafo estupendo y gran amigo con el que he compartido momentos estelares en los lugares más variopintos. Aquí os dejo su web.