El brasileño Fernando Galembeck ha presentado recientemente ante la Sociedad Americana de Química un proyecto para transformar la electricidad de la atmósfera en una fuente de energía renovable. La idea está aún en fase preliminar, pero suena bien y parece alcanzable. La idea de Galembeck es una de las muchas que están en marcha para plantearnos qué hacer tras el peak oil que ya se cierne sobre nosotros. El desastre de BP en el golfo de México es la consecuencia lógica de una perforación extremadamente profunda y peligrosa. Como lo son y serán las próximas que pretendan alcanzar las reservas de petróleo que quedan, ubicadas en cotas muy hondas e irremediablemente asociadas a riesgos incalculables. Aún a sabiendas de que hay una buena retahíla de opciones para vivir de otro modo, los que se enriquecen con el petróleo se resisten a renunciar... aunque mientras tanto inviertan también en fuentes de energía renovable, que tontos no son. Lo sabemos, lo del petróleo es cuestión de dinero, y todos nos llevamos las manos a la cabeza cuando vemos que para conseguirlo incluso se lleven a cabo guerras y destrucciones masivas del medioambiente y de pueblos indígenas, por decirlo de forma rápida, a sabiendas de que es una forma de energía que tiene los días contados. Cash is life?
miércoles, 29 de septiembre de 2010
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