miércoles, 14 de enero de 2009

Agua virtual, de lo más real


El concepto de agua virtual fue acuñado en 1993 por John Anthony Allan para poder hablar del agua que se gasta en la producción de un bien o un servicio, lo que le valió el Premio del Agua Estocolmo 2008, equiparable al Nobel. A este científico de 71 años, ingeniero, británico e investigador del King's College de Londres, le preocupa y mucho que no se tenga en cuenta en los procesos de producción la cantidad de agua que se gasta. En base a su teoría, y tal como recoge el informe “Huellas de agua de las naciones” elaborado por la Unesco, evidencia datos alucinantes: para fabricar una hamburguesa de 150 gr, son necesarios 2.800 litros de agua. Un par de zapatos de piel de vacuno, consumen 8.000 litros durante si fabricación y una camiseta de algodón, 4.100. Incluso poner un huevo al mercado requiere un gasto de agua, 135 litros. Es decir, no consumimos agua sólo cuando bebemos, nos duchamos o ponemos la lavadora. También cuando comemos, nos vestimos o usamos un producto cualquiera. Esa información es muy útil para determinar la huella hídrica de determinado bien y para calibrar el impacto de las naciones y sus habitantes. Según la teoría del agua virtual y los datos de Allan, cada español consume 2.740 litros de agua diarios, y un estadounidense 7.000, la mayoría de los cuales han sido usados en los procesos de elaboración, empaquetamiento y transporte.
Estos datos deben servir para conocer el precio real de las cosas y en base a ello, actuar. Sólo así, con datos concretos, podremos afrontar la escasez de agua que, según la ONU, en 2020 afrontarán 250 millones de personas.

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