Me interesó la entrevista de La Contra de ayer a la demógrafa Alicia Adserà en la que afirma que a día de hoy, en España tener muchos hijos es símbolo de estatus. Adserà trabaja y vive en Estados Unidos y cuenta cómo el sistema de flexibilidad de este país le ha permitido tener a sus 42 años tres hijos, uno casi en la universidad y dos adolescentes. Comenta Alicia que sus amigas coetáneas catalanas, o no son madres o si lo son, su hijo es un bebé. "Nada disuade más de la maternidad que la inseguridad económica, la falta de confianza en el futuro y el saber que, si dejas tu empleo para ser madre, tendrás que renunciar a tu carrera y tal vez a un trabajo digno", afirma. Es sabido que la tasa de fertilidad de un país decrece a medida que aumenta la prosperidad, pero a veces sucede, como en España o Italia, que llega a caer por debajo de la tasa de reemplazo, estimada en 2,1 hijos. Cuando los países superan determinado nivel de riqueza, la natalidad vuelve a repuntar, como ha sucedido en Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Canadá o Escandinavia. "La prosperidad bien gestionada en un sistema institucional eficiente permite a la mujer tenerlo todo: profesión y maternidad, y a una edad biologicamente más conveniente para tener hijos". Ahora en nuestro país hay cierto incremento de la natalidad causado por la inmigración y porque las españolas preferimos tener los hijos muy tarde antes que no tenerlos, al revés que las italianas, que a cierta edad prefieren renunciar. Sin embargo, Adserà opina que veremos en estos próximos dos años otro descenso marcado. Malos tiempos corren, opino, cuando la decisión de tener o no tener hijos debe ir más allá del sentimiento más esencial del mamífero que llevamos dentro.
miércoles, 17 de marzo de 2010
La gran decisión
Me interesó la entrevista de La Contra de ayer a la demógrafa Alicia Adserà en la que afirma que a día de hoy, en España tener muchos hijos es símbolo de estatus. Adserà trabaja y vive en Estados Unidos y cuenta cómo el sistema de flexibilidad de este país le ha permitido tener a sus 42 años tres hijos, uno casi en la universidad y dos adolescentes. Comenta Alicia que sus amigas coetáneas catalanas, o no son madres o si lo son, su hijo es un bebé. "Nada disuade más de la maternidad que la inseguridad económica, la falta de confianza en el futuro y el saber que, si dejas tu empleo para ser madre, tendrás que renunciar a tu carrera y tal vez a un trabajo digno", afirma. Es sabido que la tasa de fertilidad de un país decrece a medida que aumenta la prosperidad, pero a veces sucede, como en España o Italia, que llega a caer por debajo de la tasa de reemplazo, estimada en 2,1 hijos. Cuando los países superan determinado nivel de riqueza, la natalidad vuelve a repuntar, como ha sucedido en Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Canadá o Escandinavia. "La prosperidad bien gestionada en un sistema institucional eficiente permite a la mujer tenerlo todo: profesión y maternidad, y a una edad biologicamente más conveniente para tener hijos". Ahora en nuestro país hay cierto incremento de la natalidad causado por la inmigración y porque las españolas preferimos tener los hijos muy tarde antes que no tenerlos, al revés que las italianas, que a cierta edad prefieren renunciar. Sin embargo, Adserà opina que veremos en estos próximos dos años otro descenso marcado. Malos tiempos corren, opino, cuando la decisión de tener o no tener hijos debe ir más allá del sentimiento más esencial del mamífero que llevamos dentro.
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4 comentarios:
Un tema que a mi em fà pensar.
Que pesa mes, la biologia o les qüestions pràctiques?
que ens fa moure? la natura o la lògica?
Crec que el més comú entre les dones és el fet que no se'n volen anar d'aquest món sense haver passat per l'"experiència" de tenir fill/fills, sigui a l'edat que sigui, de la manera que sigui i costi el que costi.
Potser és instint mamífer, encara que també hi intervé la part humana-egoista que ens envolta, tot s'hi val, social i personalment un fill és necessari: per pagar la jubilació, tenir una societat equilibrada (ni vella ni jove) per tapar forats emocionals, exercir la tendresa desinteresada, consolidar una relació, deixar la llavor a la terra i perpetuar-nos com a espècie i si de petits jugàvem a pares i mares, de grans els desitjos d'infantesa s'han d'acomplir, si més no per a la majoria de dones, que no se senten realitzades si no es reprodueixen. Respectable. Gran controvèrsia. Com seran els fills fruit de tants condicionants i batibulls? Esperem que siguin feliços, la resta és secundari.
És el que té ser Homo sapiens...vinga a donar-li a la pilota, com tu, Anónimo, que tela marinera, eh?
Crec que és bo dedicar-se a fer el mamífer tot sovint i deixar el cervell descansar de tant en tant.
(He sentit a dir que plantejar-se aquestes qüestions freqüentment pot afectar molt la vida sexual... al tanto!)
Doncs àla!, prou de pensar.
Que és primavera i la natura mana.
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