
Reconozco que me da un poco de pavor pensar en lo que comemos, en especial en lo que comen nuestros hijos. Una va a hacer la compra y recuerda los innumerables emails recibidos sobre lo poco conveniente que es ingerir esto o aquello, sobre las mentiras que se esconden tras ciertos productos que nos venden como símbolos de salud. Sobre los intereses que nos gobiernan, a los que incluso, dicen, les interesa que estemos "un poco" enfermos para así ser clientes asiduos de las farmacéuticas. Sobre los pesticidas, las hormonas, los antibióticos y la madre que los parió. Tengo días de todo al respecto. A veces rayando en la paranoia, deseando comer tan sólo lo más green que me pongan a tiro. Otros, como hoy, estoy más relajada. Creo que para cenar me haré una pizza y un frankfurt, y brindaré por la salud que aún tengo con una jarra de cerveza bien fría. ¡Brindaré también por la vuestra!
2 comentarios:
Me gusta tu perpectiva sobre lo que te rodea.
Un saludo.
Perfect day es una canción que me encanta.Gracias.
Publicar un comentario