
Aunque pueda parecer una nimiedad, dos grados desgraciadamente no son una chorrada y por lo que parece, doblarlos puede ser catastrófico para ciertas áreas geográficas. Las estimaciones preven que cuatro grados de aumento medio pueden redundar en hasta 10º en el Ártico o en ciertas partes de África, donde los ecosistemas ya de por sí extremos sufrirán un estrés ambiental de consecuencias difíciles cuantificar con exactitud.
Por eso, y para agitar el señuelo de Copenhague, hace pocos días el gobierno británico presentó un interesante mapa que muestra los efectos que el calentamiento global causará en los diferentes continentes, una topografía del cambio climático que ha sido realizada por la Met Office (Servivio de Meteorología de Gran Bretaña) y el Museo de Ciencias de Londres.
Falta muy poco para la cumbre de Copenhague. Entre el 7 y el 18 de diciembre, en la capital danesa se pondrá en evidencia qué mundo realmente queremos legar. Nuestros líderes decidirán por todos nosotros, pues al fin y al cabo, nosotros los elegimos, tanto los que votamos como los que no. Vamos a ver de qué pasta estamos hechos y, mientras tanto, apaguemos la luz que no necesitemos y reciclemos, que no cuesta tanto esfuerzo y, sobre todo, nos da algún derecho a protestar.