viernes, 15 de octubre de 2010

Y las aguas se abrieron...

Según un estudio realizado por investigadores del Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR) en Boulder, Colorado, y la Universidad de Colorado en la misma ciudad estadounidense es posible que el mar Rojo se abriera para dejar paso a Moisés y a los suyos durante el éxodo, mientras huían de las tropas faraónicas. Es factible, según una simulación por ordenador generada por los científicos, que un fortísimo viento abriera un paso entre la masa de agua en un punto concreto de esa zona cercana al delta del Nilo donde los investigadores, tras realizar mediciones por satélite y cálculos del flujo de agua en aquella época, han visto plausible el célebre milagro pro-judío. La hipótesis apunta que el viento debió soplar a algo más de 100 kilómetros por hora durante unas doce horas, generando un puente de tierra de entre 3 y 4 kilómetros de longitud y 5 de ancho. Eso sí, sólo durante cuatro horas. Cuando los "malos" se propusieron darles alcance siguiendo el mismo camino entre las aguas, éstas, (ah, se siente), se cerraron y todos perecieron ahogados. Es lo que se llama dinámica de fluidos divinotendenciosa.

3 comentarios:

Josep Ma Poch dijo...

Doncs quina potra el Moises este , fill de Abraham,net de... etc...

Eva van den Berg dijo...

Uf, para, para...que ja saps com es reproduïen a aquella època, com allò dels pans i els peixos però súper més!
En fi, Mr Poch, enchanté. La tieta.

Josep Ma Poch dijo...

Tieta. :-))