miércoles, 4 de febrero de 2009

La funcionalidad ante todo

Gracias a la magnífica colección de calaveras conservada en la cripta de la iglesia católica de Hallstatt, en los Alpes austríacos, un equipo de investigadores dirigido por Miquel Hernández de la Unidad de Antropología del
Departamento de Biologia Animal de la UB, ha podido llevar a cabo un estudio para determinar en qué medida se heredan las dimensiones del cráneo. La estructura morfológica de nuestros cráneos es el resultado de una fuerte integración entre los huesos, los músculos y el cerebro y parece que esa integración frena el potencial evolutivo. Aunque el estudio apunta a que el 30% de la variación total de la forma del cráneo es de origen genético, la integración podría actuar como una restrición de las fuerzas evolutivas. Mantener la misma forma, parece ser, es más facil y más operativo que lanzarse a un cambio, afirman satisfechos al haber dado con un "alijo" de cráneos extraordinariamente bien conservado y documentado.
Es increíble la enorme cantidad de colecciones de cráneos que hay en el mundo, ya sea en museos, en universidades, en las criptas de las iglesias o en las galerías subterráneas o catacumbas como las de París. En el caso de Hallstatt, el origen de estos cráneos, unos 700, responde a una tradición que se inició en el siglo XVII para homenajear a los antepasados y que terminó hace sólo 25 años. Las calaveras, ampliamente documentadas acerca de quien las lució en vida, están decoradas de disitinta forma dependiendo de si pertenecieron a hombres o mujeres y llevan el nombre de su propietario escrito en la frente. Decoro hasta la eternidad.

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