miércoles, 2 de septiembre de 2009

Resiliencia global

Según un artículo utilizado para el informe «Recursos mundiales. Las raíces de la resiliencia: aumentar la riqueza de los pobres», realizado por las Naciones Unidas, la capacidad de resiliencia de una sociedad parece estar estrechamente vinculada a la de los ecosistemas, en especial para las comunidades que dependen directamente de los recursos naturales para sobrevivir.

Me interesa el concepto resiliencia porque presupone un modelo de gestión a largo plazo integrador, que trata a todos los agentes como un todo y no como partes individuales. Me hace pensar mucho en la teoría Gaia de James Lovelock. Si aquél hablaba de la Tierra como un organismo desde el punto de vista de la ecología, parece que la posibilidad de aumentar la resiliencia “general” podría estar íntimamente conectada a un planteamiento económico que apuesta por empresas que, diseñadas adecuadamente, incrementarían la capacidad de comunidades y ecosistemas de afrontar las adversidades y los cambios sociales, ambientales y políticos y además salir fortalecidos de ellos. Como no podía ser de otra manera, la resiliencia social y ecológica tienen una relación de dependencia y, cuando una parte es menos vulnerable, la otra sale fortalecida. El artículo se refiere a una comunidad del norte de Vietnam cuyos manglares han sufrido grandes cambios debido a actividades agrícolas y acuícolas que fueron delegadas a manos privadas. Aunque los números auguraban ganancias superiores a las que se hubieran conseguido mediante la gestión comunal tradicional, los resultados redundaron en pérdida de la propiedad comunal, fragilidad y desestabilización de los ingresos de la comunidad local y daños directos en un ecosistema, el manglar, que sustenta una rica biodiversidad y protege el sistema costero. Los números “no cantan”, a veces se equivocan porque se constriñen a un plazo demasiado corto de miras. Y, ya lo vamos sabiendo, casi todo lo que sucede a escala global en el planeta Tierra presenta tal complejidad que no deberíamos permitir que los responsables de su gestión sean muchas veces meros contables ignorantes.

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